pensé q al barrio le valía encajar 

soñadora y aparte no conformista;

Yo había pensado que si me aferraba a la calle, la calle no iba a darle importancia a mi código postal. 

Que si sacrificaba mi vida entera por una causa, la causa me iba a amar incondicionalmente.

Y es que tal vez la causa me ama, me protege incluso, pero la causa no son las personas.

Todos tenemos eso que le llaman condición humana. 

Y no estoy exenta, a mí también me da eso que le llaman coraje y desolación, me da miedo y me da rabia, y me da felicidad y me causa excitación, me enamoro y se me rompe el corazón. 

Me dejo llevar por las caras, la portada, la ambición. 

Me imagino historias y pinto a los demás como me parece mejor. 

Y es que yo pensé que si me volvía mártir, por amor a los que se merecen más de lo que tienen en acorde a mi percepción; Que si yo me persignaba dispuesta a crucificarme, yo iba a ser Jesús. 

Popular o venerada. 

No sé. 

Algo que me asegurara amor incondicional.

Si me volvía el pie de los pies, la ola más revolcada, la luna más mística, la chica más misteriosa y la más abierta, me garantizaba el regalo de la aceptación.

Quería que mi historia encajara con otras, la protagonista de una historia de auto-exploración que termina en éxtasi. Una película muy coming of age.

La narración perfecta para sanar todos mis males y encontrar la felicidad. 

Qué bonito lo cursi y lo idealista. 

Nada mal pero un poquito fuera de lo que me sucedido.

Deje de ser yo, reprochando mi condición, quejándome de los sistemas que me dieron libertad, y rechazando todo lo que yo pensé estaba mal. Criticando pero además quemando. 

Me empecé a identificar con reflejos que no me reflejaban. 

Me empecé a alimentar la idea de que yo ya sabía que los demás sentían lo que yo sentí. 

Distorsioné mi realidad para que se pareciera a la de los demás. 

Quise creerme parte de algo que no me invitó, porque no me conocía y no me tocó. 

Cadena de situaciones aceleradas y demasiado intensas para alguien tan liviana como yo.

Busque una casa bajo de la montaña de vecinos que no me vieron frecuentar el bosque por el que me quise construir un nuevo hogar. 

Pero, ¿a quién se le ocurre mudarse a la zona donde no ha vivido y tan solo comienza a caminar?

Pues a mí y a otras más. 

Suena normal, un poco arriesgado pero a que vale la pena si la vida nos está impulsando. 

Y vaya impulsos que me da.

Por aquí y por allá. 

Cuando siento que me encuentro, ya no hay punto de partida, todo vuelve a comenzar. 

Tags:

No responses yet

what do you think ?